“A las mujeres que quieren formar parte de la construcción les diría que ánimo, que esto es una oportunidad de trabajo”

“A las mujeres que quieren formar parte de la construcción les diría que ánimo, que esto es una oportunidad de trabajo”

Conocemos las historias de Sandra Ángel, Silvina Arjanda y Raquel Cuenca, tres de las diez mujeres que han participado en el curso “Nosotras también construimos: Iniciación práctica a la construcción”, celebrado en el marco del proyecto europeo Women Can Build y que finalizó el pasado mes de julio.

Tras más de cuatro meses de parón, el pasado mes de julio, siete alumnas finalizaron el curso “Nosotras también construimos: Iniciación práctica a la construcción”. Una acción formativa organizada por la Fundación Laboral de la Construcción, junto con la Agencia para el Empleo del Ayuntamiento de Madrid, en el marco del proyecto europeo Women Can Build, perteneciente al programa Erasmus+ de la Comisión Europea.

A través de esta acción, prevista inicialmente para la semana del 6 al 16 de marzo, las alumnas pudieron iniciarse en el sector con formación en materia de albañilería, solados-alicatados y módulos básicos de introducción a placa de yeso, electricidad y pintura, además de sesiones de orientación laboral. Antes del parón provocado por el Covid-19, hablamos con tres de las alumnas de Women Can Build, para que nos contaran su historia y sus primeras experiencias en el curso.

Sandra Ángel, Silvina Arjanda y Raquel Cuenca son muy distintas, así como sus historias. Con 29, 48 y 42 años, respectivamente, ninguna se había dedicado antes profesionalmente a la construcción; si bien, las tres vieron en el sector una opción de futuro. Sandra había visto desde pequeña trabajar a su padre como carpintero y el oficio le ha sido desde siempre muy familiar. Después de trabajar “de todo”, se ha animado a afrontar lo que para ella es “un reto grande y creativo”.

Silvina contó con la negativa de su familia para dedicarse a la construcción. “¿Cómo te vas a meter en esto? Va a ser muy difícil trabajar con hombres”, le decían sus padres. Así, esta argentina comenzó sus estudios en ADE y, ahora que está en situación de desempleo, ha decidido formarse en construcción. Raquel, por su parte, había trabajado como formadora y no se había planteado nunca trabajar en la construcción, aunque con el comienzo del curso en la Fundación, empezó a contemplar diferentes oficios para poder emprender su camino en el sector. Durante los meses de parón provocados por la pandemia, Raquel encontró trabajo y no pudo completar las lecciones pendientes.

«Gracias a esta formación me sentí protegida y apoyada»

Ninguna de las tres dudó en inscribirse en este curso. “Yo me animé porque creo que es una buena oportunidad de abrir camino a otras mujeres que no se lo habían planteado nunca”, señala Raquel. “Ese es el problema, que ni siquiera nos imaginamos que podemos estar ahí”, apunta. Por su parte, Silvina indica que se sintió “afortunada” de formar parte en el curso: “Pensé que era la mejor forma de entrar en el sector. Gracias a esta formación me sentí protegida y apoyada”.

En el momento en el que se realizó la entrevista, todavía estaban inmersas en las clases. Unas clases que les sirvieron para conocer algunas de las tareas y oficios que forman parte del sector. “Me encanta. Se me está haciendo súper corto, aunque entiendo que después de este curso hay que aprender más. No sabía que había una formación tan académica en los oficios”, apunta Silvina. Por su parte, para Raquel, gracias a este proyecto, se está dando cuenta de que “dentro de la construcción hay muchas cosas que se pueden aprender y que no es solamente cargar sacos, eso es solo una mínima parte de todo lo que se puede hacer”, señala.

El propio estilo del curso hizo que las alumnas conocieran cada día diferentes oficios de la construcción. Sin embargo, las tres alumnas ya tenían ideas para un futuro en el sector. “Me gustaría definirme en algo de lo que veamos en el curso y hacer un Certificado de Profesionalidad. Este es un sector con muchas salidas, hay mucha oferta”, apunta Sandra. Por su parte, Raquel estaba interesada en el mundo de la “bioconstrucción”. “Este es el primer paso para llegar a ese objetivo”, señala. Silvina, en cambio, apuesta por los oficios “en los que haya que meter las manos en la masa, reformas, rehabilitaciones, pero todavía tengo mucho por conocer”.

«En unos años veremos normal hablar de la ‘albañila’ o la fontanera»

¿Cuál era la imagen que tenían las alumnas del sector de la construcción antes del curso? “Yo no pensaba que fuera un sector masculino, pero sí duro, donde se trabajan muchas horas al día”, señala Sandra. “Yo nunca había pensado que una mujer pudiera  estar aquí. No porque no pueda, sino porque ni me lo había planteado”, apunta Raquel. “Sin embargo, en unos años veremos normal hablar de la ‘albañila’ o la ‘fontanera’, y no nos extrañará”, añade. Opinión que también comparte Silvina, para quien “este tipo de proyectos”, como el lanzado por Women Can Build, “ayudan a que este cambio sea menos duro para las mujeres que comienzan en el sector, y sea más rápido. El porcentaje de mujeres que forma parte del sector va a ir aumentando en los próximos años.”

¿Por qué las mujeres no se animan a formar parte en el sector? Raquel cree que no saben si serán capaces, que se considera “que este es un sector de hombres y a veces una incluso duda de si va a ser capaz de hacerlo”. “Yo creo que, como los hombres, podemos hacer cualquier cosa, solo que hay que saber que somos capaces”, indica. Sandra, por su parte, opina que “muchas porque desconocen, otras creen que no pueden hacerlo o que esto es para hombres, y otras porque no se deciden a formar parte del sector en la adolescencia”.

¿Qué les dirían a otras mujeres que piensan en formar parte del sector? “Yo les diría que ánimo, que esto es una oportunidad de trabajo”, señala Sandra. Raquel también anima a las mujeres: “Gracias a que muchas nos sintamos capaces de hacerlo, vamos a poder cambiar la construcción. Pero si ya, nosotras, nos decimos que no somos capaces, nos estamos cerrando puertas”, apunta.

Por último, Silvina diría a cualquier mujer, y a cualquier hombre, “que no se niegue una oportunidad ‘por miedo a”. “Creo que hay que intentarlo todo. Siempre hay tiempo para pensar que te has equivocado, pero nunca puedes volver atrás, a hacer lo que no has hecho”.

Fotogalería de las alumnas

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