“De los trabajos que he hecho, el de gruista es el que más me gusta. Mientras pueda, intentaré trabajar siempre en algo con lo que disfrute”

“De los trabajos que he hecho, el de gruista es el que más me gusta. Mientras pueda, intentaré trabajar siempre en algo con lo que disfrute”

Catalina Marimón comenzó a trabajar en la construcción a los 40 años como gruista. Después de varios años desempleada, ha vuelto a incorporarse al mercado laboral a través del portal Construyendo Empleo de la Fundación Laboral de la Construcción

Rondaba los 40 años cuando Catalina Marimón Vallespir empezó su formación en el sector de la construcción. En 2006 a través del curso de Operador de Grúa Torre, impartido por la Fundación Laboral, Catalina encontró trabajo como gruista en Mallorca. A pesar de mantenerse alejada del sector, durante los años de crisis, su pasión por el trabajo y la libertad de la que dispone diariamente han hecho que Catalina vuelva a reincorporarse al sector como gruista, gracias al Portal Construyendo Empleo de la Fundación. Un oficio del que destaca el buen trato recibido por parte de sus compañeros.

PREGUNTA.- ¿Cómo conociste el curso de «Operador de Grúa Torre» de la Fundación Laboral? ¿Por qué te inscribiste en el curso?

RESPUESTA.- Fue un poco por casualidad, porque cuando terminaba el trabajo siempre hacía algún curso de idiomas, hasta que me cansé de aquello. Un día me hablaron de este curso y pensé en apuntarme si no era un requisito que fuera hombre. Me dijeron que podía hacerlo y me apunté.

P.- ¿Por qué pensaste que era un curso sólo para hombres?

R.- Porque normalmente se tiene la idea de que los trabajos de construcción a pie de obra son más de hombres que de mujeres. Sin embargo, sabía que en la oficina es otra cosa, hay mujeres ayudantes, jefas de obra… En mi caso, como me he criado entre chicos, tampoco me asustaba trabajar a pie de obra con hombres y me inscribí en el curso.

P.- ¿Tenías alguna experiencia o relación previa con el sector?

R.- No, mi única experiencia con la albañilería habían sido pequeñas cosas de andar por casa. En mi vida había hecho un poco de todo: había trabajado en el campo con mis padres, en la hostelería o en restauración, pero en la construcción, nunca.

P.- ¿Dudaste en algún momento si lanzarte a este sector por ser mujer?

R.- Para nada. Entiendo que haya chicas a las que les asuste entrar en un mundo de hombres, porque, de alguna manera, tienes que batallar con ellos. Pero yo me he criado entre hombres y siempre he trabajado con ellos. Es una cosa que no me asusta, si soy la única chica en el trabajo, yo soy feliz igualmente.

P.- ¿Qué recuerdo guardas de tu paso por el curso? ¿Qué módulo te pareció más interesante?

R.- Yo terminé encantada; me gustó bastante. Fue más largo de lo que esperaba, ya que, además de la grúa, nos enseñaron trabajos de albañilería y otros oficios. Era la única chica en el curso, pero estuvo muy bien.

P.- ¿Cómo encontraste tu primer trabajo en el sector?

R.- Todo surgió a través de la Fundación Laboral. La primera empresa con la que trabajé llamó a la Fundación para ver los gruistas que tenían y se interesaron por mi perfil. Después contactaron conmigo y me incorporé a la empresa.

P.- ¿Recuerdas cómo fue tu primer día en el trabajo?

R.- Yo estaba muy nerviosa. En la empresa había otro gruista por parte de los encofradores que casi no me dejaba tocar la grúa. Pero eso duró una semana, luego ya me dieron el mando. Me preguntaron: – ¿Te atreves?-, y yo les dije que me atrevía desde el primer día, aunque tampoco quería que me dieran mucha caña desde el principio, ya que era novata y el rodaje no lo tenía hecho.

P.- ¿Has trabajado en el sector desde que terminaste el curso?

R.- Trabajé en el sector hasta 2010, cuando hubo un parón aquí en la isla (Mallorca). He estado parada con la grúa hasta el año pasado, que empecé con una empresa y ya he ido trabajando en diferentes lugares hasta ahora.

P.- ¿Por qué volviste al oficio de gruista tras la crisis?

R.- Porque aunque tenía otras opciones, de los trabajos que he hecho el de gruista es el que más me gusta. Si tengo que hacer otra cosa, la haré para subsistir, pero mientras pueda trabajar en una cosa que me guste, intentaré estar siempre en un trabajo con el que disfrute.

P.- ¿Cómo encontraste tu último trabajo?

R.- A través de internet. Me ayudaron desde la Fundación Laboral, a través de su portal ConstruyendoEmpleo, y desde el Centro de Palma le enviaron mis acreditaciones al jefe de obra. La verdad es que en esta última empresa estoy muy contenta.

P.- ¿Qué es lo que más te gusta de tu trabajo como gruista?

R.- La libertad que tengo. Éste es un trabajo en el que, aunque esté supeditada a jefes, soy yo la que manda en la grúa. No se me puede mandar una cosa cuando yo creo que no se puede hacer. Tengo mucha libertad con la grúa.

P.- ¿Cómo resulta compaginar tu trabajo con la vida familiar?

R.- Bien, ahora mismo mi marido trabaja hasta la misma hora que yo, y mi hijo ya tiene 21 años, así que estupendamente. Cuando yo empecé a trabar en la construcción y el niño era más pequeño, me compaginaba con la abuela. Este tipo de trabajo se compagina mejor que cuando estás en otro sector y tienes horario partido, o trabajas los fines de semana…

P.- ¿Has encontrado en este tiempo más mujeres trabajando en el sector?

R.- No. En la empresa que trabaja mi marido ha pasado alguna mujer encofradora o que embaldosaba, pero por las que he pasado nunca he encontrado a otra mujer a pie de obra.

P.- ¿Por qué crees que las mujeres no se animan a trabajar en el sector?

R.- Yo creo que a las mujeres les cuesta más entrar en un mundo de hombres. A mí no me ha costado porque he crecido con chicos. Estoy acostumbrada a batallar con ellos. Si son brutos, yo soy más bruta. Pero es verdad que hay chicas a las que les cuesta integrarse en un grupo de hombres.

P.- ¿Piensas que podías haberte lanzado antes a trabajar en el sector?

R.- Sí. Si hubiera visto que había este tipo de cursos antes, yo creo que lo hubiera hecho.

P.- ¿Quieres seguir formándote en el sector?

R.- Ya intenté hacer un curso de replanteo de planos, pero estuve de baja y no pude seguir. Ahora me gustaría hacer uno de prevención de riesgos, aunque también me interesa la maquinaria.

P.- ¿Has encontrado a gente que se sorprenda de ver a una mujer gruista?

R.- Sí, hay gente que todavía se sorprende al verme. En realidad es una tontería, porque en el fondo utilizas una máquina. Es como cuando te sacas el carné de coche y no sabes conducir, tienes que hacer rodaje. Todo es la práctica que hayas cogido, perderle el miedo, y lo harás tan bien o mejor que un hombre.

P.- ¿Cómo crees que ha evolucionado el sector de la construcción en los últimos años?

R.- En Mallorca hace un par de años que el sector ha vuelto a crecer. No solo se hacen construcciones nuevas, sino también trabajos como el que estamos haciendo en mi empresa, como es la rehabilitación.

P.- ¿Y cuál crees que va a ser la evolución del sector en los próximos años?

R.- En Mallorca parece que cada día hay más gente en el sector y se intenta que haya más mujeres, pero parece que tienen más miedo a entrar a este mundo, en parte, porque dicen que la construcción es dura. Yo he trabajado en el campo, y el campo también es duro. Todo depende: si no lo pruebas, tampoco lo sabes. Yo venía de la hostelería e hice el curso de la Fundación. Quería probar, probé, y ahora prefiero trabajar con la grúa que en un hotel.

P.- ¿Qué le dirías a una chica joven que se plantea meterse en el sector de la construcción?

R.- Que no lo dude para nada. Que los hombres no se comen a nadie, y que son más respetuosos de lo que se cree.