Ángeles Casañas ha vuelto al sector de la construcción con 52 años. Tras formarse en albañilería y revestimientos, trabaja en una constructora en Gran Canaria y ya plantea continuar formándose en un oficio que le gusta
Ángeles Casañas trabajó en su juventud como fontanera. Tras pasar por la hostelería, en 2018 volvió al sector de la construcción a través de un Proyecto de Formación en Alternancia con el Empleo (PFAE), impartido por la Fundación Laboral de la Construcción de Las Palmas. Nada más acabar el curso, tras obtener los Certificados de Profesionalidad de Fábricas de Albañilería y Revestimiento con pastas y morteros en la construcción, esta mujer de 52 años ha encontrado trabajo en el sector como albañil. El hecho de ser una mujer de más de 50 años no ha sido impedimento para que Ángeles se sienta a gusto en su nuevo oficio y piense en continuar unida en un futuro al sector.
PREGUNTA.- ¿Cómo conociste el PFAE en Albañilería que impartió la Fundación Laboral?
RESPUESTA.- Lo conocí a través del SEPE (antiguo INEM). Llevaba unos cuatro años en el paro y la orientadora laboral me lo recomendó. Me comentó que era de albañilería y me apunté.
P.- ¿Por qué decidiste inscribirte en el curso?
R.- La albañilería es algo que me gusta, es entretenida. Ya había hecho labores de este tipo antes, echando un cable a personas del sector. Aproveché la oportunidad para apuntarme en el curso y me salió redondo.
P.- ¿Qué recuerdo guardas de tu paso por el curso? ¿Qué módulo te pareció más interesante?
R.- La experiencia fue maravillosa. Había buen compañerismo, y aprendí técnicas que desconocía. Los docentes también fueron muy buenos. Una de las cosas que más me gustó fue el tema de levantar muros. La mampostería en seco fue también una experiencia muy bonita.
P.- ¿Cómo fue tu primer día como albañil a pie de obra?
R.- Estupendo. El primer día tuvimos que sacar escombradas a diestro y siniestro. Estuvimos cerca de un mes sacando escombros. Luego ya empezamos a tirar muros, preparar mezclas. La verdad es que lo recuerdo con cariño, porque fue una experiencia muy bonita.
P.- ¿Tenías experiencia previa en el sector de la construcción?
R.- Trabajé como fontanera unos dos años, hasta 2007. La verdad es que no tenía formación, pero mi padre era fontanero. Aprendí fijándome en cómo lo hacía y preguntando, a través de la experiencia. Y así empecé en el sector. El primer día que trabajé como fontanera me pusieron a cambiar tuberías y salió todo bien. Me contrataron hasta el final de la obra. Desde entonces me he dedicado a otras cosas, principalmente a la hostelería.
P.- ¿Qué labores son las que más te gustan de tu trabajo como albañil?
R.- No sabría decirte. Todo el trabajo que nos mandan nos lo tomamos con humor. Seguramente me gusta todo hasta ahora, gracias al ambiente que tenemos en el trabajo.
P.- Si vuelves al paro después de esta obra en la que estás trabajando, ¿volverías a la hostelería o intentarías seguir trabajando en la construcción?
R.- Seguiría en la construcción. Si me puedo quitar la hostelería de encima, me la quito. En la hostelería trabajas demasiado y tienes poco descanso, tienes un día y apenas desconectas. Los fines de semana casi nunca libras, y tienes poco tiempo para la familia. En la construcción trabajas de lunes a viernes y tienes más tiempo libre. Además, me encanta mi trabajo.
P.- ¿Has coincidido con más mujeres en el sector?
R.- En todos los cursos que he hecho en el sector había mujeres. Por ejemplo, en el PFAE éramos siete mujeres. En la empresa en la que estoy ahora somos cuatro mujeres y tres hombres en el grupo.
P.- ¿Había más mujeres a pie de obra cuando empezaste como fontanera?
R.- No. Cuando empecé a trabajar como fontanera estaba yo sola en la empresa. En las obras grandes en las que estuve, solo había otra mujer fontanera y una electricista. Pero en el sector siempre ha habido bastante respeto; nadie se ha extrañado ni nada, todo lo contrario. La gente ha tratado de ayudarme en lo que ha podido, la verdad. Nunca tuve ningún problema con un hombre, y no he notado diferencias respecto a mis compañeros chicos.
P.- ¿Por qué crees que las mujeres no se animan más a formar parte del sector?
R.- Yo creo que, por una parte, es porque lo tienen como un sector con cosas más ‘brutas’. Y hay sitios en los que ven a una mujer y dicen: “Esto no es para ti”. Hay de todo en la construcción, pero yo he tenido buena experiencia. Conozco a chicas de diferentes oficios y me comentan que están fenomenal. Mientras haya respeto se trabaja muy bien.
P.- ¿Te arrepientes de no haberte lanzado antes a trabajar en el sector?
R.- Lo intenté. Eché bastantes currículums, me presentaba en las empresas… De hecho, hubo dos empresas de fontanería que desde el Servicio Canario de Empleo pedían fontaneros y no me cogieron por ser mujer. Me decían que no era lo que pedían, y al hombre que estaba detrás de mí en la lista, aunque tenía menos experiencia, sí lo cogieron. Ellos se lo pierden.
P.- ¿Es esta situación algo todavía común en el sector?
R.- En muchas empresas todavía lo es. De hecho, en otra ocasión, lo primero que nos dijeron en una empresa de construcción fue: “Si son mujeres, ni se molesten”. No sé si será por miedo. Oyes diariamente que “las mujeres nos están quitando los puestos de trabajo”, y no es verdad. En los hospitales hay hombres y mujeres, y nadie se quita el trabajo de nadie. Hay trabajo para todos, lo que pasa es que se tiene que adaptar la conciencia y el respeto al trabajo, para se quite la estupidez que hay.
P.- ¿Crees, como dices, que es por miedo?
R.- Yo creo que sí. Muchos dicen que las mujeres vienen a quitar el trabajo a los hombres. Y no. El que vale, vale, sea hombre o mujer, y el que no, sigue buscando. Si trabajamos y lo hacemos bien, formamos un equipo y la empresa se beneficia. Estos son pensamientos arcaicos que hay que ir cambiando. Probé suerte en más de 15 sitios. He caminado lo que no está escrito y en las empresas me decían que no. Y yo no sabía qué problema había.
P.- Un aspecto importante a la hora de trabajar en la construcción es la edad, ¿te ves igual de capacitada para hacer el trabajo que otros compañeros más jóvenes?
R.- Sí. Hago el mismo trabajo, me siento igual. Entre todos nos ayudamos, nadie carga más de lo normal. Cuidamos los unos de los otros. La edad no tiene nada que ver si tienes ganas de trabajar y eres constante. Aquí la edad no importa.
P.- ¿Te has encontrado con gente joven trabajando en la construcción?
R.- En los cursos en los que he estado sí había algún chico joven, de unos veinte años. Pero, en general, en todos los demás sitios, todos éramos mayores de 30 años.
P.- ¿Crees que va a haber gente joven que remplace a la generación actual?
R.- Yo creo que si los jóvenes están formados, pueden tener una oportunidad. Les animo a que se formen, porque nunca sabes dónde puedes terminar. Pero también espero que por ahora sigan contratando personas mayores de 40, porque los que tenemos cargas familiares lo necesitamos mucho. Para formarse no hay edad. Yo ahora pienso en seguir formándome. De hecho, si no estuviera trabajando, me gustaría terminar el curso completo de Impermeabilización.
P.- ¿Ves necesaria la formación en el sector de la construcción?
R.- Sí. Por ejemplo, la formación en riesgos laborales es muy importante para evitar accidentes. Si el empresario te manda subirte a un sitio que tú crees que no es seguro y no llevas el equipo necesario, debes decirle que no te vas a subir porque te estás jugando la vida.
P.- ¿Cómo crees que va a evolucionar el sector en los próximos años?
R.- Yo creo que va a ir a mejor. Va a salir adelante y va a haber mucha más mano de obra femenina y personas más formadas. Depende mucho del empresario, pero yo creo que se está abriendo más la mente en el sector. Con los compañeros, yo no he tenido ningún problema, no tengo queja.
P.- ¿Qué imagen del sector tenías antes de entrar a trabajar en él?
R.- Yo creo que ha avanzado mucho en cuanto a materiales y herramientas. Yo recuerdo a mi padre haciendo las roscas de las tuberías y pensaba que era todo muy duro, ya que se hacía todo manualmente. Ahora todo es más fácil, pero el trabajo sigue teniendo sus complicaciones, te sigues encontrando el típico problema para poder terminar, pero todo se puede hacer.
P.- ¿Qué le dirías a una chica joven que se plantea meterse en el sector de la construcción?
R.- Yo la animaría a que insistiera, porque vería la construcción de otra manera. No es los grandes bulos que hay por ahí. Es un trabajo bonito. Ver tu trabajo terminado es un orgullo: que empieces a hacer algo y lo veas terminado es una experiencia maravillosa. El sector tiene un poco de mala imagen, la verdad. Pero eso hay que irlo cambiando y darle positividad. Con las mujeres en la construcción, sí se puede.